Un grupo de famosos directores de la meca del cine están en contra de la distribución digital
¿Qué pueden tener en común James Cameron y Michael Mann? ¿Y Guillermo Del Toro con Kathryn Bigelow? ¿Bajo qué circunstancias podrían aliarse directores de estilos tan opuestos como Todd Philips -Resacón en Las Vegas- y Peter Jackson? La respuesta ha llegado: un manifiesto contra los estrenos de películas en internet firmado por un total de 23 cineastas, entre ellos Michael Bay, el fundador de la serie Piratas del Caribe Gore Verbinski, Brett Rattner, Roland Emmerich (Independence Day), Robert Zemeckis y Robert Rodriguez.
Resulta que, en el día de hoy, la cadena de televisión por satélite DirecTV ha arrancado su programa Home Premiere, que permite descargar a través de internet filmes estrenados en salas comerciales sólo dos meses después de su lanzamiento en pantalla grande, por un precio de 30 dólares (20,69 euros). La medida, respaldada por majors de la producción y distribución como Sony Pictures, no ha sentado nada bien a los exhibidores de cine estadounidenses, como es de suponer, pero tampoco se ha ganado adeptos entre quienes se ponen detrás de la cámara.
En su manifiesto, recogido por Slashfilm, los directores advierten de que el nuevo modelo «dañará irreversiblemente la industria», refiriéndose a aspectos como «las salas de cine con pantallas grandes, buenos equipos de proyección y sonido y aforos grandes». Cameron, quien ya se había significado contra esta iniciativa, y sus compañeros añaden que, además de quitarles el negocio a los exhibidores, las películas sin grandes campañas promocionales quedarán marginadas frente a los grandes blockbusters, en lo que definen como «un modelo [de negocio] sin escrúpulos».
Y, para colmo, los directores señalan un aspecto que pone los pelos de punta a la industria: la piratería. Según prosigue el manifiesto, «el acceso temprano a copias en alta calidad sólo incrementará el problema del pirateo».
Actualmente la vida media de las películas en salas es de más de cuatro meses (132 días). El modelo actual de proyección en salas de cine está cuidando la imagen, el sonido y el confort en las salas para dar al espectador una experiencia inigualable.
Como parte fundamental de un negocio que el año pasado recaudó más de 32.000 millones de dólares en todo el mundo en venta de entradas de cine, las compañías de cable y las productoras tendrían que reconocer que invaden una parte fundamental del negocio de las salas de cine. Cambiando por completo el patrón actual.
Los principales estudios están luchando para reemplazar los ingresos perdidos por la disminución de los ingresos recibidos por la venta de DVD y Blu Ray. Alquiler a bajo costo y las suscripciones están socavando el mayor precio de la venta y alquiler en DVD y Blu Ray. Pero el problema de la disminución de los ingresos en el vídeo doméstico no se resolverá con la implantación de un sistema de vídeo a la carta para ver los estrenos de cine directamente y a los pocos días de su debut en salas.
Que nadie se equivoque, lo que ahora se pretende vender a 30 dólares, en pocos años bajará a menos de 10 dólares. Lo que acabaría con la canibalización del negocio cinematográfico en salas. Cerrando salas de cine por todo el país y luego por todo el mundo.
¿Tienen razón los cineastas firmantes del manifiesto, o están ciegos ante nuevas formas de distribuir cine? Ahora que el debate sobre la creación de plataformas de ‘Video on Demand’ en España, y el suscitado por las descargas ilegales, están más calientes que nunca, es un buen momento para planteárselo.
FUENTE: Slashfilm
Pingback: Bitacoras.com
A lo mejor querías decir «canibalización» y no «carnavalización»…